MAITENA MURUZABAL
Pamplona, 29/11/1979

Está es una de las dos. Nació un año más tarde que Candela, en 1979 y unos cuantos kilómetros más lejos, en Pamplona.. Pero esto no justifica su carácter de niña ingenua, espontánea y alegre. Más bien, se podría decir que tiene la culpa el sol, que ese 29 de noviembre a las 15,30 resultó estar en el signo de sagitario. Eso o bien la herencia genética por parte de madre, cuyo poder para fantasear y jugar no tiene límites. Sin embargo, sus primeros años de vida los marcó la luna (y su ascendente), que habitaban el signo de aries. No paraba de llorar, la impaciencia la llenaba de rabia y quería andar sin cumplir todavía los 9 meses. Puede ser también en este caso la genética, su papá no quería lloros y rabietas, pero lo prefería a bebés dormilones y pánfilos.

Y de niña se fue convirtiendo en risueña y mandona. El juego y la fantasía los convertía en mundos reales y en ellos se sentía cómoda. Y si alguien no quería jugar se enrabietaba hasta conseguir que lo hiciera, no tanto porque no se hacía lo que ella quería sino porque no alcanzaba a comprender que alguien no tuviera ganas de jugar. Y de mayor se dio cuenta que para seguir jugando una tenía que dedicarse a ser creador de fantasías y hacer del juego la realidad. Y guiada por la valentía ariana voló hasta allí, hasta la ciudad de los ángeles. Y nada más aterrizar en aquella ciudad cientos de veces mayor que su Pamplona natal, aquel 19 de septiembre de 2001 que tenía que haber sido 17 si no fuera porque los aeropuertos todavía andaban cerrados por el atentado de las torres gemelas de Nueva York, se encontró a la acuariana...